El último ovillo

Fue hace unas semanas, no recuerdo si la anterior o hace dos, o incluso si hace más porque desde hace ya bastante vivo en una especie de mundo paralelo en el que el tiempo pasa pero no se cuenta. Aquel día mi ahora pequeña y reducida familia se decidió a recoger lo que quedaba en casa de mis abuelos. 
No llovía, solo estaba gris. Sin embargo, aquella mañana, cuando ya a las doce me decidí a emprender barrio arriba mi camino, las gotas caían en mí. No sé bien si dentro o fuera. 

Entre libros, cachivaches varios, una tele vieja que tenía más mugre que años y recuerdos de vidas acabadas o pasadas, me encontré un montón de agujas de calcetar y un ovillo con una labor a medias. 
No os confundáis, no era de mi abuela. Ella hacía casi dos décadas que no se dedicaba a esas cosas. El cuadrado que pendía de las agujitas era mío. Sin embargo, sí había sido ella quien me había enseñado y sí había sido ella quien había pasado conmigo la tarde en la que había hecho aquellos puntos del revés. Por algún extraño motivo sí recuerdo aquella tarde, con gran claridad supongo.
No tenía nada que hacer y había tomado prestado aquel ovillo viejo y me había puesto a calcetar a su lado en el salón sin hacer nada en concreto. Solo por practicar.

No quise tirarla, así que me traje la pieza a casa. Llevaba desde aquel día en mi habitación, en el estante de las pinturas y los blocs de dibujo, sobre una caja roja mirándome. Cada noche desde ese momento me he ido a dormir pensando en ella y no de una manera alegre. 

Hoy no he podido más. No he soportado la idea de seguir viendo el horrible punto, el ovillo celeste, las agujas y todo a medias. Lo he deshecho. He enroscado de nuevo la lana haciendo una bola y me he rendido. 


Bueno y ahora os preguntaréis, ¿para qué diablos nos cuentas esto? Pues bien, no es que me haya vuelto loca. Ciertamente siempre lo he estado y eso no sería de gran importancia.

La realidad es que busco algo que hacer con este pequeño ovillo celeste. No es muy grande y no da para mucha cosa. El color siempre me ha parecido horrible - no me entusiasma el azul, no lo puedo evitar - así que nada de bufandas, gorritos ni cositas que no podré combinar ni aún queriendo. Eso limita mucho mi repertorio, ¿qué hacer con él? 

¿Qué se puede hacer que sea medianamente duradero, "no vestible" y pueda guardar como recuerdo?

Yo no lo sé y si a alguien se le ocurre, por favor, se lo agradezco infinito. Cualquier sugerencia es bienvenida, incluso las de cositas que mis manos no puedan hacer, que las hay y muchas. 
En serio, ¿qué haríais con él?

Un beso ^___^
Nice

4 comentarios:

  1. Hola cariñete:
    - Un cubretazas?? http://www.ravelry.com/patterns/library/pick-a-pocket-cozy
    - Bolitas para el árbol?? http://www.ravelry.com/patterns/library/julekuler
    - Una funda?? http://www.ravelry.com/patterns/library/easy-laptop-iphone-cell-phone-kindle-or-camera-sleeve
    - Un alfiletero? http://www.ravelry.com/patterns/library/tricornu
    Si haces algo cuéntanos ;*
    Besotes!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué ideas!!! Muchas gracias!!! ^___^ Me lo tengo que pensar bien pero de todos ese alfiletero me hace tilín! Los cubretazas me encantan pero intuyo que el mío pasaría más rato lavándose que alrededor de una taza ^///^
      Por supuesto que pondré lo que haga con él y el resultado.
      Muchas gracias, un beso!
      Nice

      Eliminar
  2. Que bonitas palabras aunque dulces y amargas al mismo tiempo.

    Si no quieres hacerte algo para ti porque no te gusta el color, siempre puedes hacer un vestidito con boina a juego para una muñeca *O*, o algo así.

    ResponderEliminar
  3. Yo haría un alfiletero, un posavasos, o las dos cosas... Me resutan entrañables los mini tapetes de ganchillo... así que por qué no hacer un alfiletero basado en un tapete chiquitín? Puedes ponerle una tela alegre debajo para que contraste con el auzl cielo :)) Si necesitas que te eche una mano, aquí me tienes ^^

    ResponderEliminar

Puede que también te interese

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...